jueves, 5 de enero de 2012

HISTORIAS DEL FIN, de Jorge Bach



14x20, 72 pag.

Relatos (Septiembre de 2011).

Prólogo de Cristina Escofet:

ESPACIOS SIN FIN DE JORGE BACH

 Historias del fin, del escritor Jorge Bach, es una invitación para detener el tiempo del vértigo y la velocidad en el que estamos inmersos. Es una invitación a sumergirnos en otro tiempo: el de la narración que contiene espacios infinitos. Es que la narración instala un tiempo otro que corta toda conexión con el espacio-tiempo de la vertiginosidad y nos conecta de inconsciente a inconsciente, con el espacio-tiempo de los personajes. Una vez rotas las coordenadas espacio temporales en el que transcurre nuestro cotidiano, el extracotidiano de lo narrado, el de los personajes, nos sumerge en un universo continuo, en el que también nosotros somos narrados. Lo que nos cuentan los personajes, nos cuentan. Porque nos involucran. ¿En qué espacio tiempo? En el de las sensaciones, emociones, evocaciones, dramas, miserias, magias, secretos y misterios.
Historias del fin. Las historias van cayendo unas en otras, y nosotros nos sumergimos en relatos envolventes. Son Historias del fin, que paradojalmente no tienen ningún punto final. Son historias del retorno al origen. Son un juego de situaciones que espejan circunstancias de nuestra existencia.
Todo comienza con un árbol original (Ronald), el rosal que anticipa el tronco desde el cual se desprenden gajos, que como partes de sí, el autor elige a quien repartir. Y con este anticipo de gajos de una misma savia, nos encontramos con escenas de la narrativa que de la mano de sus personajes se ofrecen al lector como rama de ese árbol que siempre sigue naciendo.
Historias del fin, es un juego de reflejos en el que podemos mirarnos. El destino que ata (Mabel), los lazos familiares que asfixian hasta la venganza. El erotismo en silencio
(Margareth Helmholtz). La vulnerabilidad, la herida secreta (Angel). El espíritu detectivesco con lo mejor de la tradición de nuestros mejores historietistas (Oesterheld, Solano López) en un suspenso que nos promete un continuará (Pereira). El crimen en el nombre del padre, el impulso de la víctima de convertirse en victimaria e involucrar al entorno como cómplice (Verónica). El placer de la venganza (Elvio). El amor como refugio en un marco donde la libertad y la muerte suenan en la misma cuerda y donde el crimen no confesado se alía a la culpa como estigma familiar (Pablo-Nora-Mujeres de familia-Locura). La poesía y la magia de la mano del misterio (Aminias). Y finalmente el retorno al origen, donde principios y finales convergen, donde apocalipsis, caos y espacios sin rupturas se funden en el tiempo del no tiempo. Y nosotros dentro de ese devenir (Inicios del mito).
Historias del fin de Jorge Bach. Historias que no nos dejan afuera. Que nos permiten situarnos en el mundo de Bach, que regala rosas a quien quiere, donde los personajes narran y nosotros nos dejamos narrar por ellos.
Cristina Escofet
(Prof. de Filosofía-Dramaturga)

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