lunes, 25 de julio de 2016

CÓMO LLEGAR A TI MISMO, poesías de Jeton Kelmendi traducidas al castellano por Ricardo Rubio.


HOW TO REACH YOURSELF



PRÓLOGO A LA PRESENTE EDICIÓN

Conocí a Jeton Kelmendi en la ciudad de Curtea de Argés, antigua capital del reino de Valaquia, Rumania, en 2014, durante las actividades de un festival de poesía cuya mayor virtud fue la de reunir poetas de distantes latitudes, lejanas por cierto de las que regularmente reúnen los encuentros de autores latinos a los que estoy más habituado.
Kelmendi es y ha sido un luchador en el amplio espectro de la palabra; ex-combatiente balcánico que enfrentó los vaivenes con los que las injusticias de turno ciernen a los pueblos, impidiéndoles la libertad y por ende la sonrisa; sobre este tema se explaya Richard A. Brosio en su prólogo a la edición en inglés, expuesto a con-tinuación de éste; prefiero, por mi parte, comentar ahora el trabajo de traducción y algunas de las particularidades y características de nuestro poeta.
Sabemos que la traducción entre idiomas distantes, como son el castellano y el albanés, ofrece más dificultades que las que enfren-tamos al versionar textos de lenguas romances entre sí; en cierto modo, a estas últimas el sustrato común del latín vulgar las reúne en particularidades.
He notado cómo el inglés, con su esgrima tendiente a la reducción de palabras, no supera a la enérgica síntesis albanesa, y algunas metáforas o alegorías deben trastocarse para ser llevadas de una lengua a otra con el fin de ofrecer la voluntad e intención del poeta. Reconozco en el idioma albanés alguna potencia secreta, acaso similar a la del idioma alemán, pero con mayores posibilidades de sinopsis.
Hice este trabajo desde la traslación inglesa, no conozco los idiomas balcánicos, razón por la que no me avergüenza haber recurrido al diccionario albanés cuando las versiones de los poemas en inglés se indefinían ante mí. Indefiniciones que, obligadas por la permanente idealización de los objetivos en los tropos de Kelmendi, debían muchas veces ser modificadas para dar el real credo del autor, con la tentativa de que fuera más fiel al pensamiento original y menor la “traición”; un arduo juego de textualidad, interpretación y adaptación, dado que el volcado de significantes por la simple traducción que solo respetase el orden de las palabras daría como resultado un disparate ininteligible.
Son tres los temas centrales que ocupan los primeros planos de “Cómo llegar a ti mismo”, a saber: el desarraigo (“patria”, “Albanica”, “Illiria”); el amor, acaso el más vasto; y el paso de los años tan callando. Otros, que considero subtemas, son los homenajes y remembranzas (“Gonxhe”, “Familia Dukaj”), algunos de ellos entrelazados también con el desarraigo, el amor y el paso de los años. 

Jeton Kelmendi

El tema del desarraigo se manifiesta mayormente como evo-cación nostálgica, magnificando los paisajes de la niñez, incluso remitiéndolos a imágenes de un pasado de orgullo histórico, acercándose a personas y hechos que coronan su elección, citando a su familia original, a sus mayores y a los mayores de su patria.
El tema del amor ocupa un número superior de trabajos, amor que no parece ser siempre el mismo y en el que los encuentros de pareja se cifran en lugares distintos y distantes, como si no hubiera posibilidades de establecerse en uno y retozar allí —a la sazón, es en estos casos donde el espíritu viajero de nuestro autor une las pasiones amorosas con el tema del desarraigo—, en estas situaciones, los enamorados están siempre obligados a llegar a tiempo, a esperar una llegada, a partir en hora, a soñar y a la permanente añoranza.
Pese a su juventud, el tema de la edad cronológica acucia a Kelmendi en varios de los textos que aquí aparecen, dicha etapa es conocida en nuestro medio como la crisis de la mediana edad, que describe un período de cuestionamiento personal que se presenta al alcanzar una especulada medianía etárea, concebida como expectativa de vida, en la que, quien la sufre, suele presentir una pérdida de la etapa juvenil, que de hecho pierde, y la pesadumbre de entrar en la madurez: lo cierto es que no es un hombre "mayor", aunque tampoco un adolescente. Acaso el poema “Amor, enséñame a amar”, delata una de las claves que sintetiza por lo menos dos de los principales temas del libro.

El despojo de timideces, a la hora de manifestarse, es sin duda una de las grandes virtudes de Jeton Kelmendi, nos demuestra cómo no evita la verdad ni los principales escozores de los sentimientos: nos habla de un poco de sal de amor, utilizando el término sal en su perfecto ajuste simbólico: “tiempo”, un poco de tiempo en el amor sería su reclamo; de modo que puede advertirse, en estas pequeñas pinceladas, no solo la destreza sino también la sinceridad con la que comparte sus luchas de inteligencia y sus necesidades afectivas. Se vale para ello, además de alegorías, de tropos comparativos y metáforas puras que suelen repetir en modo figurado la semántica de los primeros versos, que se presentan como un introito, pues son esos primeros versos los disparadores de la idea que tratará en cada caso; estos tropos se intercalan en el fluir del desarrollo de los textos como una suerte de eslabones, que expresan una cuita y enseguida se la compara, se la troca en metáfora o se la insinúa con una alegoría, tal es el caso del primer poema, que da el nombre al libro: “Cómo llegar a ti mismo”. Es, para los latinos, sin duda, una novedad, pese a que lo sintético, en nuestro caso, se acerca a lo críptico; no es así en Kelmendi, no encontraremos zonas tan oscuras que confundan los caminos de los propósitos, quizás las analogías, distintas de cómo las tratamos en nuestro idioma, nos propongan alguna dificultad. Para no equivocarnos, nos baste saber que el poeta tiene un lenguaje sin ambages, sin rodeos, sin intenciones engañosas, aunque muchas veces resulte alusivo; no busca atormentar al lector con equívocos ni desea decir y ocultarse luego tras el muro de lo indescifrable; acaso sí nos exija un nuevo ángulo de análisis y comprensión desde donde abordar este modo de ver y decir. 

Una obra poética como la de Jeton Kelmendi, por vasta y temática-mente abarcativa, genera un universo completo que por supuesto detenta sus propias reglas —y de eso se trata una pieza artística—, que se sustenta en una estructura orgánica aleatoria, que parece responder mejor a la potencia conceptual de los poemas más que a la unidad temática, como si las cuestiones no pudieran separarse o Kelmendi no quisiera separarlas porque no son “separables” de su yo, y se mezclan y superponen permanentemente. Acepto y celebro esta voluntad, del mismo modo en que reconozco que los trabajos que más “siente”, o con los que está más a gusto, son los primeros de este libro, principalísimos poemas que justifican y autentican al poeta, muy comprometidos con la calidad ontológica del panorama emocional que presiente desde lo cronológico; no olvidemos que uno de los temas principales es el paso de los años. Quizás éste es el motivo elemental por el que todo fenómeno artístico debe aceptarse con sus reglas, desde sí mismo, desde sus propias leyes, si es que se desean analizar sus razones de ser. Basados en este concepto, en la función del poeta en sí mismo y hacia sí mismo, accedemos a un espacio de concomitancia emocional, la Einfühlung, principio o semi-teoría de Theodor Lipps, formulando la proyección sentimental por amor y aunándola al amor todo por inferencia: “Di una palabra más / en albanés / Dios bendiga Arberia / Enciendan una vela / que ilumine la patria / de Illyria / Ésta es la primera vez / madre, que eres la luz en ti misma”, del poema “Viviendo más allá de ella misma”, donde se funden la luz de la Madre Teresa con el lenguaje albanés y con la patria histórica, tres amores reunidos en el segundo poema del libro que, en cierto modo, anuncia las intenciones de este compendio poético. A partir de allí, una suerte de panorama histórico de la región, un paisaje interior que evoca al verdadero, el recordado, lo que en él se ha vivido o se quisiera vivir, y luego, los temas de amor intercalados con vestigios de los otros asuntos. Todo un viaje por la savia y el saber de Jeton Kelmendi, un recorrido que propone un espacio de belleza, un solaz con la música de la poesía y numerosas alusiones al trabajo del poeta con las palabras.

Ricardo Rubio
Buenos Aires, Argentina, 2015.

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Viviendo más allá de ella misma

“Tener fe significa vivir... La fe es la única cosa
que es nuestra en todo sentido.”

                                                    Madre Teresa

Hoy ha llegado a sí misma y vive con los Ángeles
                                                  Jeton Kelmendi

Durante los años
de aquel pasado frondoso
una maravilla albanesa vivió más allá de sí misma
con dos almas
una para Dios y otra para la humanidad

Fue como una flor abriéndose
—Gonxhe—(2)
como una pequeña Calcuta
Fue más albanesa y aún más luz
para la humanidad
Ella oró y fue parte de las oraciones
Ella oró y fue Iliria en rezos
Nuestra Madre Teresa
En 1978 te llamó la paz
Madre, en ese año
vine a este mundo

Hoy
cuando necesito amor propio
parto para Kruja(3), el hogar de los Kastriotas(4)

y recurro a Gjergi(5)
Cuando necesito una estrella
del universo
camino hacia la cresta del Sol
y recurro a Rugova.(6)
Nuestra Madre Teresa
Con tu bendición he caído
y me he levantado
como un dardaniano(7)
Los ángeles del cielo
sonrieron y esperaron
por tu gran despedida
tu enorme despedida
En todos esos años
la patria se preparó
para otro día
llamado Albania
Sigue orando por la humanidad
por los niños sin hogar
por tu sagrado Suelo
que se llama
ILLIRIA(8)

Pasaron muchos años
desde que te fuiste
y otros vendrán
hermosa flor, Gonxhe

Dijo Kadaré(9):
“Conozco una palabra de piedra
la aprendí en Shkrel(10)”
En algún lugar tengo un palacio de sueños
ahora puedes bendecir los restos de Prekaz(11)
y en la ciudad de Gllogjan(12)
puedes ver la derrota en los ojos

Sé que nuestro padre en el cielo
nos mira con simpatía
solo di una palabra más en albanés

Dios bendiga Arberia(13)
Enciendan una vela
que ilumine la patria de Illyria
Esta es la primera vez
madre, que eres la luz en ti misma

Todos saben
que nuestro pasado
no deslumbra a nadie
sólo cuando tú estás allí, madre
es maravilloso llegar a él

Hasta Jesús supo de los albaneses
pero la tormenta nos llevó lejos
Qué se puede contra un oscuro destino
cuando los vecinos son así

Pero tú has vivido más allá de ti
y ahora has llegado a vivir contigo para siempre
junto a los ángeles

Tráenos el futuro
Ruega por nosotros, madre, una vez más
porque diciembre me aterra
y no sé lo que siento

Sospecho que la Primavera retrasa su llegada
antes de aplastar el frío de Dardania
Dardania
No te olvides de la tierra partida en cuatro
Madre, eres nuestro nombre brillando en el cielo
y en la Tierra.

                           Bruselas, diciembre de 2007.


(2) Gonxhe: Agnes Gonxha Bojaxhiu, Madre Theresa.
(3) Kruja: Krujë, es una ciudad de Albania, capital del distrito del mismo nombre.
(4) Kastriotas: Apelativo de los albaneses a partir de la rebelión contra los turcos (1433).

(5) Gjergi: Jorge Castriota (en albanés: Gjergj Kastriot), más conocido como "Skanderbeg" (1405-1468), caudillo de la resistencia contra los turcos. Su sello dio origen al escudo albanés.
(6) Rugova: Ibrahim Rugova (1944-2006) fue un político de Kosovo, presidente de esa región independiente hasta su muerte, y líder del mayor partido político del territorio.
(7) Dardaniano: Hombre nacido en la antigua Dardania, país que abarcaba el sur de Serbia, Kosovo), el norte de Macedonia y el nordeste de Albania.
(8) Illiria: Territorio que hoy forma parte de Croacia, Serbia, Bosnia, Montenegro y Albania.

(9) Kadaré: Ismaíl Kadaré (n. Gjirokastra, Albania; 28 de enero de 1936) es uno de los escritores albaneses más notables.
(10) Shkrel: Región y tribu históricas del norte de Albania.
(11) Prekaz: Prekaz i Epërm, ciudad de Kosovo.
(12) Gllogjian: Ciudad del sur de Serbia.
(13) Arberia: Arbër or Arbëria, primer estado albanés durante la Edad Media.



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